Registrar su barco o yate en un país offshore como las Islas Vírgenes Británicas (BVI), Panamá, Gibraltar, Belice o en los Estados Unidos es muy ventajoso en más de un sentido.

En primer lugar, los costes iniciales y de renovación anual son menores. Y en segundo lugar, no hay tasas ni impuestos a la hora de revender, transferir o legar en herencia.

También da solución a la necesidad de privacidad y a la protección de los activos personales.
Si además compra su barco a través de una empresa offshore propia, lo hará libre de impuestos.

Los buques matriculados bajo pabellón de las Islas Vírgenes Británicas, con bandera compuesta por el prestigioso distintivo de la Unión Jack sobre fondo rojo (Red Ensign Flag) tienen derecho al apoyo del Consulado Británico y del Alto Comisionado, a la vez que estarán bajo protección de la Royal Navy.

Las Islas Vírgenes Británicas (GB) se clasifican en Registro de Categoría 1 y pueden matricular naves de hasta 300 TNC (tonelaje bruto de capacidad), y calado ilimitado.

Más allá de los simples beneficios financieros, se observa otro aspecto de importancia: la embarcación, una vez matriculada, si es propiedad de una empresa offshore, será por ello un patrimonio no embargable, libremente transferible. Además, la forma más fácil de vender un barco en este entorno es vendiendo las acciones de la empresa propietaria y no el propio barco, de este modo no tendrá que matricularse de nuevo.

No hace falta insistir en que ninguna plusvalía obtenida en una posible venta de la embarcación será gravada a nivel local.